El footgolf no es solo un deporte; es una escuela de integridad y respeto. Cada patada se juega honrando a los demás jugadores y al campo, bajo reglas que cultivan la responsabilidad y la honestidad.
Más allá del juego, el footgolf siembra valores fundamentales en jóvenes y adultos: el respeto por el prójimo y el entorno, la integridad en cada acción, la responsabilidad individual y colectiva, la perseverancia como motor del logro, la disciplina como camino al éxito y el trabajo en equipo para alcanzar metas comunes. El fútbol moldea el carácter, impulsando un desarrollo personal y social sólido.







